Día mundial de la salud mental: Viajar Sana, ¿Viajar sana?
Constantemente vemos en redes sociales frases motivadoras donde nos incitan a viajar para sanar el alma, hay una película muy famosa e incluso una de mis favoritas COMER, REZAR, AMAR, donde la actriz principal sentía un vacío y nada la llenaba, nada la hacía sentir felicidad por lo que decidió emprender un viaje para re-encontrarse, por lo que me surgió la duda, ¿Viajar sana?
Hay muchas otras películas que romantizan el dolor y lo ponen fácil, haciéndonos creer que viajando siempre encontraremos la s olución a nuestro pesar, pero,¿A qué se refieren con sanar el alma? ¿una ruptura amorosa? ¿cuándo no encuentras respuestas a tu vida y sientes infelicidad? ¿Cuándo la vida te es insípida?
Hoy, 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre y es promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una fecha específica para recordar que hay veces que viajando no se sana el alma, que hay veces que debemos buscar ayuda para sanar aquello que está fuera de nuestras manos y que está bien no estar bien.
Por años, los especialistas de la salud mental (psicólogos y psiquiatras) se han visto como profesionales a los que debemos evitar para que la gente no nos considere «locos», siendo preferente sufrir en silencio por miedo a los prejuicios o buscando alternativas que sean más amigables como remedios vanos o superficiales o bien, las pseudo terapias.
Descubrir el mundo se convierte en la mejor terapia para aquellos males del alma, la mente, el corazón y en muchas ocaciones el mismo cuerpo.
Sáasil
Mi experiencia como psicóloga y viajera
En diciembre de 2020 estaba en una depresión grave, me rehusaba a aceptarlo y lo negaba, sentía que era algo que podía controlar, buscaba hacer ejercicio, intentaba alimentarme bien, procuraba salir con mi pareja y me acercaba a mis amistades, pero nada me llenaba.
Decidí junto con mi pareja emprender un viaje a Chihuahua, en mi cabeza me decía: «definitivamente un viaje me ayudará a quitar estos pensamientos, me dará ánimos y me motivará a seguir con mi día a día», claro, yo ingenuamente pensaba que un viaje, que es de las cosas que más amo hacer, me iba a salvar.
¿Alguna vez has sentido que tienes lo que anhelabas pero aún así sientes un vacío tremendo? Bueno, justo así me sentí, estaba sobre el tren Chepe recorriendo un camino hermoso, junto con mi pareja, en temporada de Navidad, viviendo uno de los viajes que más he querido y no sentía absolutamente nada más que tristeza.
No podía parar de llorar sin razón alguna y me frustraba porque no podía evitar este sentir. Era mi ciclo vicioso en ese viaje.
El dolor me había rebasado, ni siquiera el viaje me estaba ayudando, me sentía perdida.
Fue entonces cuando me di cuenta que ya no podía sola, que nada de lo que intentara por mi cuenta podía sanarme, que incluso podía estarme poniendo en peligro y a quienes me rodeaban y fue cuando decidí acudir con un psiquiatra.
Mi Viaje de sanación
Desde ese entonces, comencé un viaje muy difícil pero sanador. Creo que de los viajes que más me temía y era viajar a mi interior para sanarme.
Nadie sana siendo la misma persona, sanar es un viaje de transformación personal.
anónimo
Fue así como todo este proceso que viví, me hizo reflexionar: si yo, siendo psicóloga me costó mucho trabajo tomar la decisión de ir con el psiquiatra, ¿cómo será para las otras personas que no están relacionadas con la salud mental?
Entonces, ¿Viajar sana?
Es así como caí en cuenta de la importancia de transmitir mensajes con responsabilidad, donde no sólo debemos de ir por el mundo diciéndoles a las personas que viajen por que sí, porque estoy de acuerdo que un viaje te abre la mente, te expande conocimiento, te enriquece el alma pero si mentalmente no hay estabilidad, nada de esto te ayudará.
Debemos de ser honestos con nosotros mismos y darnos cuenta cuándo viajar sana y cuándo hay que visitar a un profesional de la salud para primero sanar y luego disfrutar de un viaje.
El mundo te estará esperando para cuando estés listo para comenzar tu travesía, no hay prisa.
Psicóloga y docente de profesión, viajera por convicción. Amante de la fotografía y narradora de historias.
